Ven… No te vayas…
Qué apuro de ir saliendo.
AquĂ el ambiente es tibio
y afuera está lloviendo.
Ya te he devuelto
tus cartas, tus retratos.
Charlemos otro rato
que pronto ya te irás.
Ya nada tuyo me queda al separarnos.
Es eruel la despedida
y triste el distanciarnos…
Hoy… Ven…
No lloremos,
que las lágrimas conmueven
y nada debe
detener tu decisiĂłn.
RubĂ… acuĂ©rdate de mĂ.
No imploro tu perdĂłn,
mas de tu corazĂłn no me arrojes
RubĂ… ÂżAdĂłnde irás sin mĂ?
¡Cuando no estés conmigo,
quiĂ©n podrá quererte asĂ!
RubĂ… En este instante gris,
un Ăşltimo dolor
me causará tu adiós.
Después, la noche,
con su frĂo y con su iluvia
pondrá su broche sobre mi corazón.
Vas a dejarme… Sin duda, sufriremos.
Con nuestros sinsabores
por senda aparte, iremos…
No has de olvidarme por más que no te vea.
Yo viviré en tu idea
y tú en mi corazón…
Ven, que la lluvia, afuera, no ha cesado…
La noche es cruel y frĂa
¡No salgas de mi lado!… ¡Amor!
Borremos todo, amada mĂa, que esta escena
ha sido sĂłlo un episodio sin valor.
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