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Poema

Réquiem para mi vieja guitarra

Tango Letras

Música:
Letra: José Surachi

¡Mi vieja guitarra!
Te desarmaste de a poco como quien esta entregado
y también, como mi viejo, sucumbiendo ante los años
sin decir ninguna queja te moriste entre mis manos.

Él te puso en mi camino trayéndote de regalo
te dejó en el sillón, como un niño, reposando
yo entonces era muy joven, hace... ¡no sé cuántos años!

Te miré y vos me miraste
y la estrella nacarada que alrededor de tu boca
insinuante coqueteaba
parecía lo sonrisa tierna de alguna muchacha.

Después aprendí a tocarte, sin escuela, a los ponchazos
entoné viejas canciones, tus acordes se afinaron
llenando con serenatas muchas noches de mi barrio.

Luego vinieron los tiempos de mi músico destino...
y ahí estabas... como siempre... prestando tu cuerpo amigo
dejando en mil escenarios la sangre de tus sonidos.

¡Mi vieja guitarra!...
¡nunca me olvidaré, y te estaré agradecido
porque pegada a mi cuerpo, capeando cansancio o frío
supimos ganar cantando el pan que le di a mis hijos!

Luego te guardé al silencio
sólo me abracé a tu cuerpo en algún rato perdido
y la estrella de tu boca que antes me había sonreído
parecía un viejo retrato que ha caído en el olvido.

¡Fue ahí cuando declinaste!,
tu madera se secó y cuando quise pulsarte
esperando devolvieras aquellos sonidos de antes...
¡como mi viejo querido... en mis brazos expiraste!

Ahora...
podré tener instrumentos con brillo y mucha prosapia
pero ninguno tendrá, ni por asomo, tu alma
que quedará en mi recuerdo... ¡mi noble y vieja guitarra!
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Poema

Patios porteños

Tango Letras

Música:
Letra: Daniel H. Guasti

Patios,... patios de mi barrio...
amores que se han quedao dormidos...
Guitarras, malvones y geranios...
y la imprudencia de un destino...

Donde estarán aquellos patios...
en los que yo he vivido.
Quizás alguien los esté nombrado...
para llevarlos a un paraíso.

Cada baldosa lustrada...
tuvo su delirio...
Bailes, enamorados... densas enredaderas...
y el bautismo de un llanto prístino...

Cada uno de nosotros
lleva grabado en su mente...
sus luces tambaleantes...
y una Luna nunca ausente...

Canchas de fútbol... gloriosas...
de una niñez paciente...
Campos de batallas...
de ejércitos valientes...

Ocultan el corazón de una cuadra...
lugares puros inimitables...
Templos de sabiduría porteña...
en un rectángulo insignificante...

Me colma la nostalgia...
cuando escucho un Tango triste...
El recuerdo me trae romances,
en esos patios nobles.
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Me lo puede responder?

Tango Letras

Música:
Letra: Adolfo Vaccaro

Si el pez no precisa
de cuidados
y el ganado necesita
de inversiones
¿Qué vale más
el bife o el lenguado?

Si la mitad de diez
hoy es noventa
y el peso de todo
sólo cincuenta
¿Cuál plato de la mitad
es el que resta?

Si tener se hizo
del que ya no tiene
y el mandatario
estafa a su mandante
¿Qué juez administra
la sentencia?

Si en dos torres faltantes
se apoya el mundo
y la muerte promete
otra existencia
¿Qué verdad se esconde
en cada torre?

Si monarca y siervo
padecen su agonía
de igual enfermedad
y al mismo tiempo
¿Qué distinción ofrece
la parca al moribundo?

Si la vida rica provoca
que la vida pobre
arrase a la pobre vida
para mantenerse viva,
¿por qué ambas no van
por la vida rica?
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La epopeya del tango

Tango Letras

Música:
Letra: Enrique Cadícamo

¡Buenos Aires está, de farra!...
Ha templado la guitarra
y su musa va a entonar...
Por las calles del asfalto
de un compadre de taco alto
ya se siente el taconear...
Anda el tango por las calles
y metido anda en los talles
de las minas que al pasar
contonean sus cuerpitos
requebrando en sus tranquitos
el porteño piropear...

Toda Europa lo respeta
y lo baila y lo interpreta
con entera devoción...
¡Ya la deuda hemos saldado!
¡Ya con esto hemos pagado,
hasta el viaje de Colón!...
En el Bajo‘e Buenos Aires
Nació el tango entre los chaires
de las broncas del matón...
Y guarango y altanero
bajó el ala al sombrero
y a Palermo se largó...

Metió ruido, y la negrada
de Palermo, encordelada
con sus notas candombeó...
Y entre guapo y chapetones
iba el tango a manotones
y en las venas se volcó...
Se rajó en peringundines
y se hartó de copetines
en el Centro y Monserrat,
y entre el rante sabalaje,
que el gotán, beso y ultraje,
fue nobleza y fue maldad...

En el aire que aspiramos
hay un algo que olfateamos
como un yuyo del amor...
Es el tango un algo nuestro,
un breviario, un padre nuestro,
chapaleando en el dolor...
Buenos Aires tendrá tangos
mientras haya un sólo mango,
un “scruche” y un ladrón...
Una pena de viejita,
un bulín, una Estercita
y un chiflido de botón.