Categorías
Tango

Idilio de bandoneones

Tango Letras

Música: José Luis Andreoni
Letra: Guillermo Pelayo Patterson

Es noche en el suburbio. Silencio hay en las sombras.
En la pobre barriada no se oye ni un rumor...
Apenas las esquinas, cual ojos en la noche,
muestran la mortecina luz de un viejo farol
y se ven cual fantasmas, en las humildes puertas,
parejas misteriosas haciéndose el amor...
De pronto, ese silencio se puebla de armonías
y se quedan las almas suspensas de emoción.

Idilio de bandoneones
moliendo en sus armonías
el mensaje apasionado
donde vibra todo amor.
Pulsada por manos machas
ya llorando la milonga;
bandoneones en la noche
desgranando inspiración.

Conmovedor responso. Exaltación de amores.
Romances de suburbio con perfumes de flor.
Rencores y alegrías. Tristezas y ternuras
escritas en las notas del criollo bandoneón,
que rompiendo el silencio del arrabal lejano
va pintando en la noche su mágica canción.
En la sombra penetran sus notas emotivas
y se quedan las almas suspensas de emoción.
Categorías
Tango

Idilio campero

Tango Letras

Música: Guillermo Barbieri
Letra: Guillermo Barbieri

Ya no te acuerdas, paisana amada,
que entre las sombras que da ésta parra
en los acordes de mi guitarra,
parte tu vida de enamorada.
Vení paisana de mis amores,
vení a mi rancho de paja y barro
que entre cantares, risas y flores,
los sinsabores sabré olvidar.

En la corteza del sauce grande,
¿ya no te acuerdas que con pasión,
dejé grabado tu hermoso nombre
a filo y punta de mi facón?
¿Ya no te acuerdas, criolla de mi alma,
que en una noche, bajo el parral,
juntó mis labios sobre los tuyos,
y que de envidia cantó un zorzal?

Sabés que siempre, porque te quiero,
tu larga ausencia vivo llorando,
que quedo triste, que estoy penando,
cuando me falta tu amor primero.
Sabés que te amo, criolla preciosa,
porque sos suave, como la brisa,
porque tu boca, fresca y hermosa,
como una rosa se abre por mí.

Tengo este rancho, que te lo ofrezco,
cuando lo quieras será tu hogar,
y así, mi criolla, tendrás la vida
de un noble gaucho que sabe amar.
Y cuando quedes de amor rendida,
cuando me sepas corresponder,
mujer de mi alma, mujer querida,
con mi guitarra te cantaré.
Categorías
Tango

Incurable

Tango Letras

Música: Guillermo Barbieri
Letra: Roberto Aubriot Barboza

(recitado)
Avergonzada una mina
de su marido, por chorro,
trató de apretarse el gorro
y en un gemido reproche,
finalizó sus amores
cerrando con este broche:

(cantado)
Sos un chorro de remate, ya no tenés compostura,
y serás genio y figura hasta tu juicio final.
No tenés luz en el mate, ya no perderás tus mañas,
sólo cuenta tus hazañas, la crónica policial.
Después de tu última cana me juraste arrepentido:
"Quiero echar en el olvido mi pasado de gavión,
quiero ser un hombre honrado, y ganarme tu cariño".
Y llorando como un niño, me llegaste al corazón.

Mas pasada una semana
del solemne juramento
supe que todo era cuento,
que seguís tu profesión.
Supe que la otra mañana
marchaste al Departamento,
porque le afanaste el vento
a un tano en Constitución.

Yo ya no puedo quererte porque la fe te he perdido.
Mi corazón está herido, ya no puedo sufrir más,
pues la venda que en mis ojos de enamorada llevaba
rompió el velo que ocultaba tu vida de cachafáz.
Mataste mis ilusiones... olvidaste de mi nombre
si no supiste ser hombre ya no mereces perdón.
Por tus vicios "incurable" siempre vivirás en cana,
serán tu amante y hermana la rejas de la prisión.

Y allá en tu recogimiento,
en tus horas de amargura,
cuando pienses, por ventura,
un minuto en mi dolor,
recordá que te he querido,
que te dejo avergonzada
y que mi alma destrozada
sufrió mucho por tu amor.
Categorías
Tango

Incertidumbre

Tango Letras

Música: Eduardo Bianco
Letra: Eduardo Bianco

Pregúntale a las estrellas, si vieron
las lágrimas que mis ojos vertieron.
Pregúntaselo a la fuente del prado
lo que, por la duda aquella, he llorado.

Si las estrellas no te lo cuentan
y si la fuente tampoco quiere hablar
es porque saben que estoy muriendo
y ellas no quieren, quizá, verte llorar.
Ya ves almita, fuente y estrellas
saben la causa también de mi dolor.
Pero son buenas y te lo ocultan
porque no sufra tu pobre corazón.

La duda se abrió en mi alma, camino,
quebrándome para siempre el destino.
De miedo que me sorprendas llorando,
disfrazo mi amarga pena cantando.

Y si algún día yo no pudiera
la enorme pena ya más disimular,
que Dios me lleve, mas bien prefiero,
yo no quisiera jamás verla llorar.
Aquella angustia se irá conmigo
cuando me llame la voz del más allá.
Mas no le digan cuanto he sufrido
mi incertidumbre la haría sollozar.
Categorías
Tango

Imploración

Tango Letras

Música: Rodolfo Sciammarella
Letra: Alberto Vaccarezza

Han pasado tres años desde el día
que detrás de otro sueño se perdió,
y en el fondo de mi alma todavía
vive presa la imagen de su amor.
Y al adiós de su loca despedida
aun me tiembla de angustia el corazón.

Señor mío Jesucristo,
Dios y Hombre verdadero,
yo no persigo el dinero,
ni la gloria ni el amor,
soy un dejao de tu mano,
y solamente te pido
olvido, olvido y olvido
para mi viejo dolor.

La he buscado, Señor, mas vano empeño:
ya se cansan mis piernas, no doy más,
¡qué dolor el sentirse pordiosero
de un mendrugo de amor y de piedad!
La he buscado, Señor, mas todo en vano:
nunca más, nunca más la pude hallar.
Categorías
Tango

Imperdonable

Tango Letras

Música: Roberto Carlés
Letra: Agustín Minotti

La luz de la luna mojó tus pestañas
cuando se entornaron, jurándome amor.
Su boca, su risa, sus caricias, todo…
se plasmó en mi vida como tallo y flor.
Pero el cruel destino truncó nuestro idilio
y una noche amarga su voz se apagó.
Lloré junto a ella y le hablé en secreto,
no sé cuantas cosas le dije en mi horror.

¡Imperdonable… imperdonable!
Debí seguirla, debí matarme.
Fue la promesa que nos hicimos
cuando juramos eterno amor.
¡Imperdonable… imperdonable!
Vivo muriendo, sin corazón.

En el cuarto triste, dejó su perfume,
de noche la siento muy cerca de mí.
Me dice las mismas palabras de siempre,
me dice: ¡Te quiero!, no debes sufrir.
Tengo su retrato cubierto de rosas,
de las rosas blancas que ella cuidó,
de las rosas blancas que sobre su pecho
lloraron conmigo cuando se durmió.