Música: Ramón Rivadavia
Letra: Nelson Pilosof
Puente entre hogar y vereda amable símbolo de confianza zaguán que en la memoria queda, lejana luz de esperanza. Breve alfombra a la entrada anticipa cuidadosa acogida puerta cancel de cortina bordada, abierta con cordial bienvenida. (Estribillo) Etapa ineludible de visitas en incipientes escarceos amorosos, contorno de íntimas citas de eventuales futuros esposos. Nocturnas conversaciones de verano a las puertas del zaguán acogedor torna cada vecino en hermano, y la brisa alivia intenso calor. (Coda final) ¡Oh!, zaguanes de otrora de lenta y triste agonía, ya no reciben las auroras y se pierden en lejanías Puertas de calle siempre abiertas, apenas en las noches cerradas, sin temor a incursiones inciertas ni posibles intimidades dañadas. Viejos hogares ahora derrumbados dejan espacio a enrejados edificios zaguanes que son transformados en porteros que ejercen guardián oficio.