Música: Julio Stamburgo
Letra: Francisco García Jiménez
¿Te acuerdas tú de aquel muchacho soñador?... No has de olvidarlo... ¡si él fue tu primer amor! Locura, vino y miel de sus palabras... ¡Palabras de ilusión!... Podías al bajel de aquella inspiración, brindarle puerto en él fondo del corazón; y lo dejaste ir sin llanto ni dolor... ¡Era tan pobre tan pobre el soñador! No tenía más tesoro para ofrecerle a tu encanto que su ternura y el canto con que te dijo su amor. Sus palabras lindas pronto fueron vanas en tu oído... Tu ambición ansiaba otro esplendor; y lo dejaste ir sin llanto ni dolor... Hoy, junto a la humildad del tierno soñador, es pobre vanidad tu lujo triunfador... Menguada majestad no tiene nada; te falta lo mejor... No sabes que es amar con fiebre de pasión y vives en vulgar y hueca exhibición. Dorada realidad que dieras por oír palabras lindas las que dejaste ir...