
Música: Josef Schmitz
Letra: Enrique Cadícamo
Fa... fa... fa... oigo repetir... Mi... mi... siempre, sin parar... Mi... mi... tengo que escuchar... No doy más... Todo el día igual... ¡Mi Dios... voy a enloquecer con el piano alemán! Es mi vecina tan linda y fina que el piano desafina y no es divertido que semejante ruido mis pobre oídos escuchan todo el santo día, día y noche sin cesar... ¡Ay!... su audición fatal... Fa... fa... fa... oigo su teclear... Mi... mi... sigue, sin cesar... Mi... mi... tengo que aguantar... Stop... stop... No puedo ni dormir... no con el “arrorró”... y el piano sigue atrás con su Fa... Fa... fa... fa... sigue su lección... Fa... Si... Esto es un sin fin... Re... Sol... ¡Basta, por favor!
