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Tango

Oiga compadre

Tango Letras

Música: Agustín Bardi
Letra: Francisco García Jiménez

Oiga, compadre, ese tango,
¡cacho de risa y de queja!
Óigalo, está recordando
aquello que hoy pa' siempre ya nos deja...
En el Casino lo bailé por vez primera.
¿Se acuerda, viejo, qué mujer mi compañera?
A sus compases, le hablé con confianza;
a su cadencia, me dio una esperanza...

¡Toda la noche,
calzao a mi paso,
sumiso a mi brazo
su cuerpo vibró!
Y al fin del baile,
prendidos seguimos,
prendidos salimos
p'al mismo rincón.

¡Milongas bravas aquellas
del centro y los arrabales,
donde dejamos las huellas!
Adónde están, carnavales,
que alegremente con ella
del corso y teatro pasé?
Del lindo tiempo florido
de juventú y de verbena,
com'un recuerdo perdido
el eco resuena
del tango de ayer
Pare, compadre, la oreja,
y oiga el romántico y triste
himno de la guardia vieja
que al empujón del tiempo le resiste...
En el bailongo de una noche la vi amarme
y en el bailongo de la vida despreciarme...
Con ese tango me dijo: ¡Te quiero!
Con otro tango cambió, compañero...

Fama de trompo
lucí y pisé fuerte;
y el triunfo y la suerte
me ataron piolín.
Hasta que un día
barrió mi leyenda
y arreó con mi prenda
mejor bailarín...
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Tango

La conocí en un baile

Tango Letras

Música: Alfredo Mazzeo
Letra: Francisco García Jiménez

Arrebatando al velo del olvido
el pasional recuerdo de una fiesta,
quiero cantar, amigos de la orquesta,
el tango triste que empiezan a tocar.
Una mujer se eleva a sus compases,
sobre el despojo de ilusiones rotas:
la conocí en un baile, entre las notas
del tango triste que hoy vuelvo a escuchar.

¡Noche alegre que estás a la distancia!
Pleniluinio, testigo de mi dicha...
Juramentos, emociones y esperanzas...
¡Todo vuelve en la fragancia
de esa música de amor!
Y me encuentran vencido y solitario
en mi noche que no tiene luz alguna...
¡Fue tan breve mi fortuna
como el cambio de una luna
desteñida en un menguante de dolor!

La trajo un tango al ansia de mi abrazo,
y cuando el alma me robó en sus giros
se la llevó otro tango en otro brazo
tras la elocuencia de un nuevo bailarín...
La conocí en un baile de una noche.
Me desairó en el baile de la vida.
¡Amigos míos... qué tremenda herida
estos compases me vienen a reabrir!
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Tango

La carreta

Tango Letras

Música: José Servidio
Letra: Francisco García Jiménez

Rodando por el llano
va la carreta de lerdo paso;
vieja carreta que aguanta al raso
lluvia de invierno, sol de verano.
Con su apagado pucho en la boca
el carretero de un lado avanza,
y de cuando en cuando toca
el clavo alerta de la picana
la yunta pesada y mansa...
mientras, vibrante, lanza al viento esta canción:

¿Dónde vas, Golondrina?
¿Dónde vas, Picaflor?
Si la ves a mi china
recordale mi amor...
Van mis bueyes al tranco
y mi overo es sobón;
pa' que vuele a mi rancho
te daré el corazón.
Por el llano se aleja
el carrero cantor,
del clavel en la oreja
y del pucho cortón.
La carreta cansina,
del quebrado rumor,
con su buey Golondrina
y su buey Picaflor...

Mi vida es la carreta,
que en tanto bache de mala suerte
va dando tumbos rumbo a la muerte.
Yo, el carretero que no sujeta,
cruzo los pagos de mi destino
junto a la huella de mi carreta
y hago cantando el camino...
¡Tanto he sufrido que soy baqueano!
y al paso del buey maceta
alegre o triste siempre tengo una canción...

Jué un domingo en los Corrales

Tango Letras

Música:
Letra: Francisco García Jiménez

"Salga el sol, salga la luna,
salga la estreya mayor.
Hablando de tiempos idos
es lindo templar la voz..."

Este asunto se rilata
como desgranandun choclo.
Pido licencia, señores,
pa'cantarlo d'este modo.

La cosa jué por el sur
y aconteció n'el ochenta,
ayá en los Corrales Viejos,
por la caye de la Arena.

Cuando seguían los ecos
de la sangrienta porfía
qu'enfrentó los batayones
del gobierno y la provincia.

Cuando eran nombres de reto
Tejedor y Aveyaneda;
Cuand'un ¡Viva Güenos Aires!
volví'a encender las mechas.

"Salga el sol, salga la luna,
salga la estreya mayor.
No es todo enterrar los muertos
sin enterrar el rencor..."

Bienhaiga el ángel del cielo
que a tal trenzada entre hermanos
le tiró un poncho de olvido
y ordenó servir un trago.

Ese ángel que con las paces
se presentó en las oriyas
y sin sin armas armó el baile
de la vieja pulpería.

Farol de ginebra y labia
entr'el arrabal y el campo,
redondel de payadores,
cancha de taba y de gayos.

Qu'ese domingo lucía
limpita y apisonada,
porque se ib'a dar el juego
de otros gayos y otras tabas.

"Salga el sol, salga la luna,
salga la estreya mayor.
La cita es en La Blanqueada,
naide falte a la riunión...

Los hombres dentraron serios
y cayao el mujerío:
siempre se yeg'a un bailongo
como al cruce del destino.

Tocaron tres musicantes
haciendo punt'al festejo:
con flauta, guitarra y arpa,
un rubio, un pardo y un negro.

Salieron los bailarines
por valse, mazurca y polca;
y entre medio una pareja
salió bailand'otra cosa.

Él era un güen cuchiyero,
pero de genio prudente.
Eya una china pintona,
mejorando lo presente.

Eya se llamaba Flora
y él se apeyidaba Trejo:
Con cortes y con quebradas
lo firmaban en el suelo.

No lo hacían de compadres,
¡Y compadreaban sin güelta!
Al final bailaron solos
pa'contentar a la rueda.

Bailaron una mestura
que no era pa maturrangos,
de habanera con candombe,
de milonga con fandango...

Jué un domingo, en los Corrales
Cuando inventaron el tango.
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Vals

Imaginación

Tango Letras

Música: Elvino Vardaro
Letra: Francisco García Jiménez

Nena que mis brazos alzan,
¡hija de mi corazón!
Canto alegre de esperanza,
sueño en mi porvenir;
sol naciente que en mi noche
barre las tinieblas del dolor;
lumbre de mi hogar; pan del corazón;
¡ansia de vivir!...
Carne de mi carne misma,
junto a tu cunita estoy,
y, mientras tu sueño velo,
vuela mi imaginación;
¿qué serás en esta vida?
¿cuál será el destino que se te trazó?
¡De mirar a su camino no te olvides Dios.

Nunca tan mía como ahora,
que el mundo entero ignoras;
¡que nada hay mas que yo!...
Pienso que luego, hora tras hora,
todo será una tentación...
Luego pasiones o amistades,
mentiras o verdades,
¡mis brazos forzarán!
Siendo mi amor el más profundo,
es ley fatal que el mundo
de mí te alejará...

Por eso mientras te acuno,
vuela mi imaginación
pasa rápida tu infancia
y mis ojos ven surgir
primorosa señorita
que, rumbo al altar, luciendo va
flores de azahar, velo de ilusión
y un rubor sutil...
¡Nena! ¡Nena de mi alma!
mi emoción quiere gritar
¡No me dejes! ¡No te vayas!
¡Que sin ti no se vivir!...
Y en mi afán de pesadilla,
no consigo que oigas mi grotesca voz;
¡Cuando te despiertas... lloras...
y revivo yo!...