Música: Rodolfo Sastre
Letra: Micaela Sastre
Érase tan bonita Cenicienta, tan sumisa, que un hada, su madrina, la llevó un día a bailar. Eran sus piececitos tan chiquitos, que cabían en un par de zapatitos hechos de cristal. Fue en el baile del Club Eslava, donde prendado quedé de los ricos zapatitos, precioso estuche de un lindo pie. Zapatito de cristal de mi amable Cendrillón eres cuna de mi amor Jania dorada de mi ilusión. De Cenicienta la tierna leyenda vívida se hace, viéndote bailar, tus zapatitos de suave lamé de oro son el tesoro que quiero conquistar. Si en el Eslava coquetones giran, casi me parece fueran a volar mis brazos tiendo hacia esas aves de oro que eternamente quisiera aprisionar.